Los innombrables

Quizás suene a título de película, pero no van por ahí los tiros. Lo del innombrable es una palabra que adopté hace tiempo para referirme a aquel del que no quieres ni oir hablar, o sea, esas ocasiones en las que dices "ni me lo nombres". Pero es que me estoy dando cuenta de que todo el mundo tiene un innombrable. En la mayoría de los casos es aquel del que te enamoras y no te lo puedes quitar de la cabeza. Debo de inspirar confianza o apoyo o yo qué sé qué, porque últimamente muchos de los que me rodean me cuentan sus problemas sentimentales. Incluso ayer me encontré con mi vecino y empezó a relatarme.
Yo encantada de hacer de psicóloga eh... Siempre he dicho que se me da bien escuchar (que no es lo mismo que oir). Incluso me atrevo a decir que doy buenos consejos, lástima que no me aplique el cuento para mis propios asuntos, pero es que lo de uno mismo no se suele ver tan claro como lo de los demás; siempre es más fácil cuando lo miras desde fuera que cuando estás en el centro del huracán.
Así que queda inaugurada la consulta. Siento no poder ofrecer un diván, pero ofrezco mi atención y mi discrección.