Un día nublado

Hoy es un sábado que pensaba aprovechar para salir de compras por la mañana y dedicar la tarde a la lectura. Pero me he levantado de la cama tan perezosa que no me apetecía nada visitar un centro comercial ni un supermercado. Y teniendo en cuenta que no me gusta ir de compras (ni ir a la peluquería, ya sé que no es lo más habitual en una señorita) pasé la mañana escuchando música, arreglé mi casa mientras me desperezaba y luego comí con un amigo. En la sobremesa entré en Internet y fui saltando de blog en blog, leyendo los escritos de gente a la que no conozco. Es curioso leer los textos que colgamos por aquí, o las anécdotas de cada uno, o el día a día. Empiezo a pensar que somos un puñado de gente que cuelga sus pensamientos como un entretenimiento, como una reflexión o quizás como una vía de escape. Pero en esencia con las mismas inquietudes vitales: la amistad, el amor, las aficiones, tu día a día, los temores, las injusticias, el trabajo, encontrar la manera de encauzar tu vida hacia el futuro que quieres, en definitiva, yo creo que la meta final para todos se resume en dos palabras: ser feliz.
A lo mejor lo que tienen los días nublados es que todo está más en silencio y me da por darle vueltas a las cosas. Una nube de ideas que circulan a mil revoluciones.
Un par de amigos iban hoy a la sierra. No me apeteció apuntarme, parece que acerté con el día de lluvia. Total, que voy a ponerme a leer, que era mi intención para esta tarde. Buen finde!