ROBOS EN CAJEROS

Sé que tengo descuidado el blog pero es que últimamente hago poco más que pasarme el día en el trabajo y volver a casa para dormir. Pensaba regresar con algún tema curioso, reflexiones, la reseña de un libro que encontré entre mis cosas (pendiente de editar desde este verano) o cualquier chorrada que se me pasa por la cabeza. Pero esta noche me ha ocurrido algo que no me deja indiferente así que tengo que difundirla cuanto antes y ojalá que mi pequeña aportación sirva para que lo que voy a contar no le ocurra a más gente.

Esta noche a eso de las 21:00 h al volver del trabajo a casa me detuve en un cajero automático para sacar un extracto y comprobar un gasto que no me cuadraba. Me paro en un cajero BBVA en una de las calles más transitadas de Madrid: C/ Goya, esquina Serrano, justo al lado de la boca de metro. Después de sacar el extracto me doy cuenta de que ya me queda poco "cash" en la cartera y decido sacar 50 € para estos días o para lo que duren, porque cunden cada vez menos. Una vez seleccionada la opción "Sacar dinero" me doy cuenta de que una voz intenta distraerme, alguien me pica por la espalda, rápidamente me vuelvo y veo a una jovencita extranjera (por la forma de hablar y sus rasgos) que me pide un euro. Le digo algo así como "déjame" pero ella insiste; yo le digo ya cabreada y a voces "déjame, no ves que no he acabado?". Entonces la joven empieza su espectáculo: me pide mi tarjeta, intenta taparme la pantalla del cajero con un diario gratuito, chilla, intenta abrirse un hueco para posicionarse entre el cajero y mi cuerpo, escupe varias veces en la pantalla del cajero, empieza a toquetear las teclas... todo esto mientras yo la sujeto rodeándola con los brazos y la aparto por la fuerza del cajero y empiezo a gritar pidiendo ayuda mientras la sujeto para que no escape.

Al girarme y verla ya me lo estaba temiendo pero cuando la vi tapar la pantalla con el periódico pensé "esto va en serio".

Mientras estoy agarrando a la ladrona grito ¡AYUDA! ¡AYUDADME! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE PORFAVOR! ¡LLAMAR A LA POLICIA! ¡POLICIA! La gente que está pasando por delante se queda mirando como quien mira un mimo en la calle o cualquier tipo de espectáculo, con cara de asombro e intriga, como si de una actuación teatral se tratase, esperando a ver qué ocurre en el siguiente acto. Además se da la circunstancia de que para acceder a este cajero hay que subir unos escalones, así que la rumanita y yo ya estábamos subidas en el escenario.

Quien conozca la calle que he mencionado sabe que pasa mucha gente a todas horas. Pues bien, de todos los viandantes que transitaban a escasos dos metros de mí, sólo un chico se detuvo a ayudarme. Mientras yo sujetaba a la susodicha él le decía que me devolviera el dinero; la rumana no accedía y seguía apretando los euros e intentando escapar, pero él consiguió sacarle el dinero de las manos. Entonces la dejé marchar, creo... porque en ese momento tenía tal tensión que no lo recuerdo con exactitud. Me pregunta el chico que cuánto dinero era, yo respondo que sólo 50 €, pero ... cuál es mi sorpresa (y la suya) cuando vemos que hay varios billetes de 50. Ahí nos dimos cuenta de que ella misma seleccionó la cantidad en medio de su escándalo teatral: la rumana había seleccionado 300 €. Entendía perfectamente el lenguaje cuando le hablábamos y qué te voy a contar de las cifras! Afortunadamente lo recuperé, aunque los billetes están bastante arrugados.

Más tarde la policía me contó que estos atracos están siendo habituales últimamente. Se trata de menores (suelen ser de nacionalidad rumana) que roban a la gente mientras está sacando dinero en el cajero. Las tretas para el robo se trata de distraer a la persona que está haciendo uso del cajero justo cuando vas a seleccionar la cantidad, pero atención porque en repetidas ocasiones (según me ha contado la policía y tal como me ocurrió a mí) el mismo chirizo/a selecciona la cantidad de euros a extraer del cajero. Y en meio de la distracción o confusión aprovechan para sustraer los billetes que salen del cajero.

Entiendo que un grupo de tres mujeres, una de ellas con un bebé en carricoche, no vinieran a echarme una mano (literalmente) pero ¿y el resto de viandantes que transitaban por la acera? Excepto el chico que enseguida se dio cuenta de que aquello iba en serio, nadie se acercó para ayudarme. ¿Qué nos está ocurriendo? ¿Nos volvemos testigos impasibles y expectantes ansiosos de contemplar el desenlace en primera línea? ¿Será por miedo a que nos pase algo? Nadie quiere complicarse la vida, la mayoría de la gente pasa y algunos se paran o caminan más despacio por el lugar de los hechos, pero sólo para verlo mejor. Eso sí, una vez que pasa el peligro se acercan para preguntarte los detalles.

Hace unas horas le di las gracias y se las vuelvo a dar desde aquí, aunque sé que no lo va a leer. Gracias a ese chico que pasaba por allí y se detuvo a ayudarme, sólo sé que se llama Borja y que fue el único que me socorrió al verme en apuros.

Y mil gracias también a los que reaccionaron después y la siguieron al andén del Metro para que Seguridad la pillara. La ayuda ciudadana funciona.

Aunque todo sucede muy rápido, por suerte en ese momento tuve los reflejos justos para sujetar a aquella choriza. A pesar de mi mal genio (porque no lo parece pero tengo mi mala leche) me sorprende que en ningún momento sentí odio ni agresividad hacia esa joven de unos 15 años. Es más, una vez rodeada por todos nosotros, hubo un momento en que le dije "cállate que ya me has dado la noche" y me puse a sermonearla: "pero por qué haces esto? ¿no te das cuenta de que te metes en un lío? no es tu dinero, no puedes ir así por la vida...". Estaba cabreada, aunque más de uno pensaría que lo que estoy es como un cencerro por ponerme en plan moralista con la ladrona, que a estas horas ya estará en la calle preparando otra de las suyas.

Lo dicho: porfavor, ayudémonos unos a otros. Gracias a quienes me ayudaron hoy, muchísimas gracias.