Un finde en Madrid

Una de las razones por las que me gusta Madrid es por la gran oferta cultural, de ocio y tiempo libre, y de eso precisamente he disfrutado este fin de semana. No estaba planeado pero fue surgiendo, como ocurre con los mejores momentos.

Nada mejor para empezar el fin de semana que una cena en plan picoteo-raciones con los amigos. El sitio elegido fue Casa Paniza (C/ Orense, 39), un bar como los de toda la vida con las raciones tradicionales que hacen apetecible esa costumbre tan sana de disfrutar de una caña y aperitivo.

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (C/ Alcalá, 13) acoge la exposición Velázquez. Esculturas para el Alcázar, formada por 76 piezas entre esculturas, libros, cuadros, dibujos y documentos de archivo. Por primera vez se reunen en una exposición las esculturas adquiridas por Velázquez para decorar el Alcázar de Madrid durante su segundo viaje a Italia (1649-1651). Un conjunto de obras de la antigüedad clásica que formaban las colecciones de grandes familias romanas; esta selección de vaciados en yeso y en bronce formó parte de la decoración del Alcázar hasta el incendio de 1734.

Cerca está el barrio de Chueca con su variedad de tiendas donde no falta originalidad para la ropa y los complementos de casa. En la Calle Fuencarral hay varios garitos donde me gusta tapear el sábado a mediodía: La Camocha, Patatus y especialmente el Stop Madrid en la Calle Hortaleza.

El sábado por la tarde aproveché para ver la exposición de Picasso en el Museo Nacional Reina Sofía. Ahora el Guernica se sentirá más arropado por las casi 400 obras seleccionadas del Museo Nacional Picasso de París (pinturas, esculturas, cerámica, dibujos y grabados).

CINE. Vi dos pelis que nada tienen que ver entre ellas: No es país para viejos y Caramel. La primera no me gustó ni me paortó nada y, si me pongo en plan superficial, Javier Bardem nunca me ha parecido un tipo atractivo, que sí buen actor.

Caramel es una película sobre mujeres, una refelexión sobre el universo femenino, en este caso en Beirut. La directora libanesa Nadine Labaki dirige y también interpreta el papel protagonista en esta película que nos enseña la vida y las inquietudes de cinco mujeres libanesas: Layale ama a Rabih, pero sólo puede verle a escondidas, Nisrine es musulmana y, de cara a su próxima boda, evitará por todos los medios que su prometido sepa que no es virgen; Rima se siente atraída por las mujeres, en especial por una; Jamale se resiste a envejecer; y la tía Rose, entre puntada y puntada, sacrificará la última oportunidad que le ofrece el amor por cuidar de su hermana mayor.
En el salón de belleza donde trabajan -la localización donde transcurre casi toda la trama de la película- las conversaciones de estas mujeres giran en torno a los hombres, el amor, el sexo y la libertad de la mujer, todo ello entre peinados y depilación con una cera hecha a base de azúcar, agua y limón, de quí el título de "Caramel". 96 minutos en los que puedes asomarte a la vida y tradiciones femeninas del Líbano.
Al margen de la sinopsis: jamás me depilaría en una peluquería o salón de belleza libanés con esa cera.

Por último, ¿cómo iba a olvidarme de la comida con lo que me gusta la gastronomía? Para comer el domingo, unos entrantes y un arroz en la arrocería Saint James. De ambiente formal pero con gran variedad de arroces, rico-rico.

Y se me olvidaba: la cafetería del Hotel Urban para tomar algo sentada en ese sofá comodíiiisimo.
Buen finde y ¡a disfrutar!