Descubriendo Nunca Jamás

jueves, octubre 25, 2007

La abuela

Me gusta la gente de cierta edad porque suelen dar buenos consejos, hablan desde la experiencia y el rodar por la vida les ha dado tablas. Pero la última conversación con mi abuela no tiene nada que ver. Suena el móvil, veo su número ...

- Abuela! Que tal?
- Bien hija, por aquí como siempre.
- Eso es que todo bien.
- Y tú qué? Has encontrado algo?
(No recuerdo haber hablado con mi abuela de temas inmobiliarios ni de planes de cambiar de trabajo. Dudo a qué se refiere.)
- Algo de qué?
- Bueno, tú ya me entiendes
- No, no sé a qué te refieres
- Pues ... alguno ... que te haga caricias

¿Preocupación familiar por mi estado civil? ¿Expectativas? Espero que no.
Abuela, eres mundial. Mua mua mua!

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miércoles, octubre 24, 2007

Tal día como hoy ...

Hace 78 años el mundo estaba a punto de entrar en la crisis económica más famosa de la historia: el desplome de Wall Street, la bolsa de Nueva York, con repercusiones económicas, políticas y sociales en todo el mundo. Finalizaban bruscamente los felices años veinte. El crack del 29 fue un jueves 24 de octubre.
Y es que fue una buena época para los mercados, hasta el más inexperto invertía en bolsa. Cuanto más se invertía, más subía y cuanto más subía, más se invertía.
A principios de octubre de 1929 la bolsa empezó a bajar y los inversores empezaron a asustarse: mejor recoger beneficios a tiempo. Si un martes doce millones de títulos se ponían a la venta, al jueves siguiente eran 16 millones; así los precios bajaron hasta niveles insospechados. Pero la crisis no se quedó sólo en la bolsa de Nueva York; afectó a Chicago, San Francisco y llegó a Europa. Uno de cada cuatro estadounidenses se fue al paro; muchos perdieron, además del dinero, todas sus posesiones hasta tener que vivir en el coche.

Aprovecho para decir que soy una ignorante de la Historia (y de muchas cosas más) y que lo que edito bajo el título "Tal día como hoy" es sólo como curiosidad. Perdón si hay erratas.

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sábado, octubre 20, 2007

CINE. La joven Jane Austen


Anoche vi esta película y me gustó muchísimo, confieso que se asomaron las lágrimas pero, como cada vez que me pasa eso en el cine, aprovechando la oscuridad hice todas las muecas posibles para sostenerlas en los lagrimales y que no resbalaran por las mejillas, con lo divino que queda mi nuevo brush recién estrenado. Realmente, es porque me da verguenza que alguien vea la cara de cuadro cuando encienden las luces de la sala, aunque a la hora que fuimos al cine ayer estaríamos como mucho una docena de mortales; si la peli la veo sola en casa necesito los kleenex a mano. Pero no penseis que es un pastelón.

Es una película biográfica sobre la autora de regalos como Orgullo y prejuicio o Sentido y sensibilidad. La historia me parece preciosa, la fotografía digna de destacar, los paisajes preciosos.

La actriz Anne Hathaway interpreta a una joven Jane Austen que se resiste a perder la esperanza de vivir el amor verdadero y casarse con un hombre al que ame; no soporta la idea de contraer matrimonio para asegurarse así una posición social, una vida cómoda y complacer las espectativas familiares. Esta elección que resulta normal hoy en día, al igual que el hecho de que una mujer se proponga vivir de su propio trabajo y no de su marido, no era el pensamiento más habitual en la Inglaterra del siglo XVIII condicionada por las convenciones y normas sociales. Una sociedad en la que una mujer debía actuar con decoro y cumplir lo que se esperaba de ella, donde la mayoría de las jovenes aspiraban a casarse con un buen partido y vivir como señoras sin tener que cavar sus propias patatas, aunque para llegar a ese status hubieran renunciado a la verdadera libertad vendiéndose como una yegua al mejor postor.

Es admirable que los ideales de la joven escritora se reafirman aún más desde que conoce al descarado señorito Lefroy, un joven con futuro prometedor como letrado, urbanita (pero en aquella época), vividor, que bajo su arrogancia asoma algún gesto de justicia y buen corazón.
¿Quién no desearía un Tom Lefroy?

También me gustó la mirada expresiva de la protagonista y la chispa de la juventud que desprende su cara y su manera de caminar.
El detalle de los dedos de la escritora manchados de la tinta de su pluma me recordó a la película Shakespeare in love, por las manos del joven Will (Joseph Fiennes). Desde el primer plano que vi de la actriz, me recordaba la cara de Amelie (Audey Tautou).
Vemos también el contraste entre la vida y el ambiente de la ciudad (Londres) y el campo (Hampshire).

Al levantarte de la butaca es cuando te entran ganas de deborar toda la obra de Jane Austen y lo relativo a su vida. Absolutamente recomendable.

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jueves, octubre 18, 2007

¿De qué me suena tu cara?

Ayer fue un día un pelín retorido, porque empezó muy bien, con un buen rollo de esos que te hacen pensar: será un buen día; pero a medida que iba avanzando se iba chafando algo: una mala noticia en el trabajo, la tarde cargada de cosas que hacer, corriendo para llegar a todo y al final no llegué a tiempo a una de las actividades: el teatro. La tarde de ayer se presentaba pesada: clases, práctica y teatro sobre el miso tema, así que lo más ameno era la obra: "Happy days", dirigida por Deborah Warner. Como me iba temiendo, llegué tarde y me perdí la primera parte; ningún problema porque es recuperable. Ahí se dio la anécdota divertida del día de ayer, aunque no fue la única.
Resulta que estaba en la cafetería del teatro hablando con las acomodadoras (muy majas, dicho sea de paso) sobre mis motivos de haber llegado tarde, preguntando por la función de hoy, etc. Y veo a una señora, prácticamente al lado, también con su entrada en la mano y comentando el mismo tema con ellas. Allí estabamos las cuatro y yo pensaba: ¿de qué me suena esta cara? Hice un repaso mental rápido entre actrices de su edad, rostros de mi trabajo anterior, del actual... hasta del vecindario, pero no caía. Así que la dí por desconocida y pensé lo típico: se parecerá a alguien que conozco. Y yo que me paro a hablar hasta con la Campanilla que ronda por el aire, entablo conversación:

- ¿Te ha pasado lo mismo que a mí? Veo que tampoco has llegado a tiempo para las 8, así que nos hemos perdido la primera parte, entraremos a la segunda después del descanso. Pero, con suerte, podremos verla entera mañana.
A lo que ella me responde:
- Es que yo vengo de la rueda de prensa con el Presidente del Gobierno y claro, cuando empieza no sabes cuánto tiempo vas a estar, si te llevará una hora, si serán dos ... Hemos acabado un poco más tarde y he venido lo antes que he podido, pero no me ha dado tiempo a llegar.

Y al oir "presidente del gobierno" es cuando se me enciende la bombillita:
"Coño Peter Pan! Es la ministra de Administraciones Públicas!" Con razón conocía su cara.
En ese momento no me puse a reirme de mí misma porque la tenía en frente y hubiera quedado fatal; pero bueno, ¿no dicen que hay que reirse de uno mismo? Pues ya está, una pífia más para añadir a la colección. Quienes me conoceis ya sabeis de mi despiste. Las risas vinieron después al encontrarme con mis compañeros en el descanso, cuando uno de ellos se la cruzó y comenta: "esta mujer me suena... de política" y yo les conté.

Luego me di cuenta de que la trataban de usted y le decían eso de "encantada de conocerla, ha sido un placer". Y yo daría la nota. Pero es que cada uno es como es, esta frase que suena a 5 palabras obvias la repito desde mi niñez, a mi padre le hizo gracia la primera vez que me oyó decirla siendo una renacuaja. Y si perdiera mi espontaneidad y mi ingenuidad o esa pizca de inocencia que aún queda, pues no sería yo.

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martes, octubre 09, 2007

Corazón, corazón

Demasiado corazón, demasiado corazón... ¿Quién se acuerda de esta canción?

Una vez más me paro en una noticia curiosa. Según un estudio pubicado en la revista 'Archives of Internal Medicine', aquellas personas con problemas en sus relaciones íntimas tienen un 34% más de posibilidades de desarrollar enfermedades del corazón. Al loro con los problemas amorosos. Probablemente porque estas relaciones negativas activan emociones fuertes (ansiedad, disgustos, depresión). Así, las emociones negativas provocadas por las relaciones conflictivas elevarían el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Si ya lo decía yo: el amor perjudica la salud. Cuando está en mal estado, claro...

Porque lo bien que sienta un abrazo y unos mimos de una persona querida ... eso sí que prolonga la vida y rejuenece.

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