Tal día como hoy ...

¿Quién no conoce el reloj de la Puerta del Sol? Cada Nochevieja todos hemos comido las doce uvas al son de sus campanadas, situado en el KM 0 del país, con su péndulo de 3 metros.
Tal día como hoy, un 6 de noviembre pero de 1866 su creador, el relojero leonés José Rodríguez Losada, comenzó a montarlo. Era un reloj muy grande, muy bonito y había venido de Londres porque el relojero Losada, un liberal exiliado, lo construyó allí para luego regalarlo a la reina Isabel II y al pueblo de Madrid.
En un principio se decidió colocarlo en la sede del Ministerio de Gobernación, lo que dio lugar a unas cuantas mofas porque enseguida le sacaron coplillas: "...este reloj es el espejo del Gobierno que hay debajo..."
La maquinaria es perfecta, eso es lo que dicen los expertos, cualquiera de sus partes se puede cambiar sin tener que desmontar el reloj. No sólo da las horas, sino también los cuartos, lo cual es imprescindible en la última noche de cada año. Es uno de los más precisos del mundo porque sólo se retrasa 4 segundos al mes.
En Nochevieja el reloj de la Puerta del Sol tiene truco: todos los finales de año se manipula la maquinaria para que el ritmo de las campanadas sea más lento y nos de tiempo a comer las 12 uvas, truco que se olvidó en 1996 por un fallo de comunicación entre los técnicos. ¿Alguno de vosotros se atragantó esa noche? Tuampla, sí, pero bien intencionada.